El Scala responde perfectamente a los parámetros de la marca checa con la relación favorable indudablemente en cuanto a espacio y precio con un equipamiento que año a año mejora en cada uno de sus vehículos.

Si abrimos el depósito nos encontramos con tres tanques para GNC y el mencionado pequeño depósito de gasolina de 9 litros. Observamos muchos puntos favorables en cuanto al modelo con GNC. Sin duda alguna el ahorro de precio en cuanto al gasto realizado lo hace ciertamente muy económico. En nuestro caso hicimos una largo trayecto y preferimos usar exclusivamente el modo GNC dejando de margen el gasto en gasolina. El ahorro fue extraordinario y sin duda uno de los puntos fuertes.

El modelo con un motor 1.0 TGI de 66kw que da una potencia 90 CV viene una caja manual de seis velocidades y tracción delantera para una velocidad máxima de 182km/h y unas emisiones de 96g/km de CO2.

Gozamos de una conducción serena con buen excelente agarre en la carretera. En cuanto al diseño queda claro ya por fuera que un coche bonito. En nuestro caso el modelo era de color blanco con tonos negros que van desde el techo hasta bajar al portón trasero donde la palabra Skoda aparece centrada y con las luces LED a ambos lados. Una sensación potente y bonito al mismo tiempo.

En su interior, destaca como no podía ser de otra manera por su habitabilidad con espacio para las piernas y una conducción francamente confortable.  En cuanto a dimensiones tiene 4’362 metros de largo por 1’793 de anchura y 1’471 de altura con una batalla de 2’649.

Realizamos la prueba desde Sabadell y ahí es donde pudimos visualizar el único problema. Pese a disponer de varios links donde se nos afirmaba la presencia de gasolineras con GNC al llegar a éstas, nos percatamos que lo que tenían era GLP y evidentemente no es lo que buscábamos. Muy atentamente nos atendieron en el concesionario Skoda y nos informaron de la gasolinera más cercana donde poder rellenar el depósito de GNC. Una vez llenado, si bien desde Skoda se afirma que puede llegar hasta los 410 kms., de autonomía, no quisimos apurar tanto pero teniendo en cuenta que el precio del GNC es francamente económico, el viaje nos salíó muy barato. Incluso combinándolo con el motor de gasolina se alcanzan entorno a 600 de autonomía.

El interior del Scala es francamente amplio con una gran espacio y una pantalla táctil notable

Es el único pero, del cuál es ajeno propiamente Skoda junto al hecho lógicamente, que el maletero es menor con un total de 339 litros, unos 128 menos que un Scala convencional ya sea de gasolina o diésel.

En tiempos en que entrar en grandes ciudades como Barcelona o Madrid por las que disfrutamos la prueba es complicado para algunos coches, nuestra etiqueta nos da ese otro plus que no hay que perder de vista.

La conducción es suave, evidentemente es sostenible y esta apuesta de la marca de Mlada Boleslav hay que tenerla muy presente en dosis de modernidad. Además del modelo GNC que probamos, tiene uno diésel de 115 CV y dos en gasolina Hay tres tipos de equipamiento en los modos Active, Ambition y Style. Tres palabras que vienen a definir esta activa ambición con estilo de Skoda.

Entre los datos a tener en cuenta están las Luces LED delanteras y traseras, control de velocidad crucero que nos hizo más cómodo aún el largo trayecto; una pantalla táctil que mejora a las anteriores. También tecnológicamente Skoda se ha superado.

La apuesta por el gas natural es total para los técnicos de Skoda y en estos tiempos se involucran por la sostenibilidad en forma de reducir las emisiones de CO2 al tiempo que al ahorro energético se le une el ahorro económico. Una doble apuesta exitosa.