Probamos el Skoda Octavia Combi 2.0 TDI 150 CV en su versión más exclusiva Laurin & Klement. L&K hace referencia a los creadores de la marca checa, unas de las cuatro más antiguas del mundo. De Mlada Boleslav al mundo con la toque refinado y exclusivo que pone Skoda a la gama más alta de todos sus modelos.
Personalmente, desde que me inicié hace seis años en las pruebas de coches, guardo una especial estima por Skoda. Por un lado, al medir 2 metros, siempre buscas en un coche que su habitabilidad sea óptima y no haya problemas, ya sea si te sientas al volante o estas de copiloto o en las plazas traseras. Sin duda, Skoda y en este caso el vehículo del que hablamos tiene un excelente en este apartado. Las dimensiones permiten en todas las posiciones del vehículo, estar ampliamente sentado.
Tiene una capacidad de 600 litros en el maletero, que se amplian a 1.740 si abatimos los asientos traseros. Amplitud que convierten a este familiar, en un coche ideal para realizar viajes en familia. El confort es otro de los puntos fuertes al igual que la seguridad. Una conducción cómoda, que se agradece particularmente en un coche familiar con cinco modos de conducción: Eco, Confort, Normal, Sport e Individual. El modelo que probamos, es un automático DSG de 7 velocidades con unas prestaciones que aumentan la delicia en la conducción.
Dos de los puntos que completan una acertada compra a los que hay que sumar un precio que lo hace muy apetecible. Más allá, que en nuestro caso, que probamos la opción más exquisita con detalles cromados, llantas de 18'' y detalles con la firma Laurin & Klement en varias zonas del vehículo.
El Skoda más vendido de la historia tiene, además, una serie de mejoras, por ejemplo en los faros o en la pantalla táctil. Si le añadimos que estamos ante el coche más potente de la gama con 2.0TDI de 150 CV queda claro que la elección de este Octavia Combi de 4'67 metros de largo, es todo un acierto.