JORDI SÁNCHEZ. EFE

Seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía fallecidos, otros dos policías heridos graves y ocho ciudadanos con heridas de diversa consideración fue el balance de un atentado que 30 años después sigue como recuerdo imborrable en la capital vallesana.

Los miembros del Comando Barcelona hicieron estallar el coche bomba estacionado en la calle Josep Aparici, a 500 metros de la Comisaria de Policía, a las 16:45 horas al paso del furgón policial que se dirigía a la Nova Creu Alta, en un partido que comenzaba a las 18:00 horas.

Seis policías perdieron la vida: Miguel Marcos Martínez, de 53 años, casado y con dos hijos; Ramón Díaz García, 42 años, casado y con cuatro hijos; Juan José Escuredo Ruiz, 53 años, casado y con cuatro hijos; Eduardo Hidalgo Carzo, 43 años, casado y con dos hijos; Juan Gómez Salat, 36 años, casado y con un hijo, y Francisco Pérez Pérez, 29 años. Éste último, conocido futbolísticamente como Paquito jugaba como defensa en un equipo de barrio, el Can Rull. Los dos agentes heridos de gravedad fueron Enrique Fernández González y Cruz Adeva Usera.

Nadie entendió que aquel Sabadell-Málaga se disputara y que el homenaje en ese amargo 8 de diciembre de 1990 quedase en un minuto de silencio y posteriormente en otro minuto de silencio tras tirar el balón fuera de banda el Málaga.

Sin duda fue el partido más triste disputado en la Nova Creu Alta. Pocos de los 1.500 aficionados que acudieron al campo estaban pendientes de lo sucedido en el terreno de juego. El gol de Joan Barbarà que dio el triunfo a los arlequinados ante los malacitanos era lo de menos. La Guardia Urbana tuvo que velar por la seguridad del partido en vez de los policías fallecidos.

El domingo 9 de diciembre se hizo un multitudinario funeral en la Iglesia de San Félix de Sabadell. Semanas más tarde, el 26 de diciembre de 1990 sí tuvo lugar un homenaje en forma de partido entre el Sabadell y la selección catalana con empate a 1. La recaudación de 10 millones de pesetas (60.000 euros) fue destinada a las familias de los policías asesinados.

El exarlequinado Manolo y por entonces delantero del Atlético de Madrid marcó por el Sabadell y Hristo Stoichkov por el combinado catalán. Meses después, los dos miembros del Comando Barcelona, Joan Carles Monteagudo y Juan Felix Erezuma eran abatidos en Lliçà de Vall. El recuerdo en Sabadell está muy presente 30 años después.