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El Karoq es el hermano menor del Kodiaq. Tiene 4'38 metros de largo, por 1'84 de ancho y 1'60 de alto, mientras que por ejemplo el Kodiaq es 31 centimetros más largo. Por delante el parecido es notable. Nada más entrar en el coche nos damos cuenta de la excelente habitabilidad. El espacio, tanto en la parte delantera como en la trasera, es uno de los puntos fuertes. Como suelo decir, ser alto y subirte a un Skoda es un sintoma positivo de entrada, para ir holgado en el coche. Y no, de todos los SUV-C podemos decir esto.
El Karoq ocupa el espacio que dejó el Yeti, un coche que sorprendió en su momento por su forma y que encuentra en el Karoq un coche notablemente mejor para nuestro gusto. El maletero ofrece una capacidad que va de entorno de los 500 litros hasta los 1.600 si abatimos los asientos traseros.
En el cuadro de mandos llama la atención la pantalla digital de 12'3 pulgadas. La marca de Mlada Boleslav tiene mucho para mostrar y ya no es la desconocida que era hace un lustro para el gran público. Sin duda entrar en un Skoda es descubrir todo un mundo favorable para nuestra conducción. Y es que en calidad-precio, Skoda y en este caso el Karoq es un ejemplo.
Tiene muchas motorizaciones y en este caso el modelo 1.0. TSI de 115 CV nos causó una notable impresión por su fuerza y su capacidad. Lo llevamos tanto por autopista, como por carreteras locales y secundarios. Vimos como se agarraba muy bien al terreno y nos permitió maniobrar con comodidad en nuestro transito por tierras del interior de Tarragona. Allá por la zona de Ciurana comprobamos como funcionaba a la perfección y las curvas eran menos curvas. A la vuelta, en autopista, su conducción y también su consumo nos dejó también un buen sabor de boca.
Acierto Karoq.